Con el propósito de prevenir y mejorar el tratamiento de las infecciones respiratorias, resulta ideal tomar miel de romero, que también protege el hígado, de eucalipto, de lavanda o de tomillo. A fin de solucionar los problemas del aparato digestivo, es preferible optar por la de manuka, una miel que se elabora en nueva zelanda y que presenta una gran capacidad para combatir la úlcera de estómago, las molestias de la hernia de hiato, la gastritis, las digestiones pesadas, etc. Si te resulta difícil encontrarla, también puedes optar por la de tomillo o la de milflores, otros excelentes bálsamos digestivos. La miel de brezo ejerce una acción desinfectante y antiinflamatoria, va muy bien en casos de problemas urinarios, y de azahar como un sedante capaz de relajar el cuerpo y propiciar el sueño. La miel de encina ayuda a reponerse de una anemia.
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